El miedo y la agresión suelen ser malinterpretadas. ¿Nos pateó el caballo porque estaba asustado o porque estaba agresivo o malo? Neurológicamente, el miedo y la agresión son dos emociones diferentes que pueden terminar en comportamientos semejantes, tales como patear o plegar las orejas hacia atrás. Es importante definir cuál emoción motiva las patadas o las orejas plegadas, porque si se castiga a un caballo por patear se empeorará su comportamiento ante el miedo. Si las patadas ocurren durante un ejercicio de entrenamiento, es probable que se originen en el miedo. También es probable que sea el miedo el que haga que el animal se agite cuando se queda solo, se lo ata o se lo sujeta en una manga de compresión.
Otro factor es la genética. Un caballo o un buey de temperamento nervioso o arisco serán más propensos a comportarse a partir del miedo que otros animales de temperamento calmo y plácido. Es una lástima que algunos criadores seleccionen caballos de tiro con temperamentales, porque este criterio selectivo tiende a acarrear problemas debido a las reacciones basadas en el miedo. Un animal temperamental puede fácilmente estallar cuando se lo enfrenta súbitamente con una experiencia amenazante desconocida. Mucha gente me ha dicho: “Mi caballo se porta bien en casa, pero se vuelve loco en los concursos”. Esto sucede porque en los concursos hay muchas cosas amenazantes que el animal jamás ha visto en su hogar. Un animal asustadizo deberá ser habituado a las banderas, los globos y a las motocicletas corriendo carreras antes de ser llevado a un concurso. Una forma segura de acostumbrar al caballo a los globos y las banderas es poner algunas en una pastura grande y dejarlo que las explore. Una práctica peligrosa es confrontar a un caballo de temperamento nervioso y asustadizo con un objeto amenazante, como una bandera, cuando está encerrado en un espacio sin salida. Las banderas y los globos son amenazantes porque se los puede mover bruscamente y tienen colores brillantes y contrastantes. Las motocicletas asustan porque se mueven rápidamente y pueden aparecer sorpresivamente. Si el caballo tiene la oportunidad de acercarse voluntariamente a estos objetos, sin embargo, puede llegar a sentirse atraído por ellos.
Cómo eliminar el mal comportamiento adquirido
A menudo, un animal aprende malos comportamientos porque la gente, sin darse cuenta, los premia. Una conducta problemática habitual en los caballos es patear y golpear la puerta del establo a la hora de comer. El caballo hace esto porque piensa que así acelerará el suministro de la comida. Si se le da la comida mientras está golpeando la puerta del establo, su conducta indeseable se verá recompensada y reforzada. Para erradicar este comportamiento, hay que darle el alimento en el preciso instante en que deja de patear la puerta. El momento debe ser exacto para que el caballo asocie dejar su pata quieta con recibir la comida. En resumen, para cortar el hábito de patear, hay que premiar al caballo por mantener quietas las patas.La agresión verdadera
El comportamiento verdaderamente agresivo sucede cuando el animal percibe a la persona como un miembro de la manada que debe ser dominado. Este problema ocurre especialmente con los toros. La castración reducirá la agresión en los animales adultos y, si se la aplica a animales jóvenes, la eliminará casi por completo. En grandes herbívoros, un animal huérfano criado lejos de su propia especie puede quedar fijado a las personas que lo han criado, al punto de pensar que es uno más de ellos. El comportamiento resultante es gracioso cuando el animal es pequeño, pero puede ser peligroso cuando el macho alcanza la madurez. En ese momento, puede volverse contra quienes lo han cuidado para probar que ahora es el macho dominante de la manada.La crianza de terneros machos enteros en grupos sociales de su propia especie ayuda a prevenir la agresión contra las personas. Los toros y sementales jóvenes deben aprender que no son personas. Los herbívoros machos huérfanos deben ser castrados, o si no, ubicados en un grupo social de su misma especie a las seis semanas de nacidos. Cuando crecen junto con otros semejantes a ellos, saben quiénes son, y la agresión tiende a canalizarse hacia sus congéneres. El problema de la agresión en los machos no se debe a que sean animales amansados sino a un error de identidad. El comportamiento social en los grandes herbívoros debe ser aprendido: los animales deben aprender el toma y daca normal de la vida en sociedad. Los equinos y los bovinos criados en soledad tienden a convertirse en peleadores empedernidos cuando se los mezcla con otros animales. Un semental joven criado en aislamiento puede luchar permanentemente con otros caballos porque no ha aprendido que una vez que se convierte en dominante no necesita seguir peleándose. Los sementales serán más fáciles de manejar al llegar a la madurez si se los cría en una pastura llena de caballos adultos.
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